Portugal sigue por delante de España en innovación
LA CORUÑA.- La economía española sigue a la deriva, rezagada en la carrera por
modernizar sus empresas y Administraciones. Ni es líder ni destaca por su apuesta clara por la innovación. Es la conclusión que arroja
el Cuadro Europeo de Indicadores de la Innovación 2020, publicado hoy por la Comisión Europea y que recoge La Voz de Galicia.
La mayoría de las pymes españolas apenas tienen capacidad para buscar soluciones innovadoras y competitivas a sus negocios. Las grandes compañías
-que sí disponen de colchón para acometer inversiones-, tampoco lo
hacen. Dedican a esta tarea muchos menos recursos que otras competidoras
europeas.
Es más, Bruselas sitúa a España como el país con «una de las
mayores diferencias negativas en el gasto en I+D de sus empresas clave»,
y en el peso del empleo en las manufacturas y en el valor añadido de
compañías extranjeras. La inversión pública, ni está ni se le espera.
El país sigue embarrado a mitad de tabla, aunque
ha mejorado respecto al año pasado, peleando codo con codo junto a los
países del Este, Grecia e Italia. Su nivel de innovación es «moderado»,
un eufemismo al que suele aludir Bruselas para suavizar sus notas en
los exámenes. Cierran la lista Rumanía y Bulgaria, ambos suspenden
estrepitosamente. Son «innovadores modestos».
Si hay una razón para ser optimistas esa es la calificación que obtienen los trabajadores. Las autoridades europeas señalan la excelente capacitación del capital humano.
Tanto a nivel de doctorados como de formación superior y de educación a
lo largo de la vida laboral. También aplauden el alto nivel de
penetración de la banda ancha, facilitando la transformación digital de
los negocios.
Éxito luso
Los problemas
para competir en innovación se siguen agrandando si se tiene en cuenta
que otros países y competidores directos, como Portugal, han dado un
salto de gigante a otra división y ya han adelantado a España por la
derecha.
A pesar de atravesar los mismos problemas presupuestarios, el
vecino luso ha sido uno de los socios que más ha mejorado gracias al
esfuerzo de sus pymes, cabeza tractora de la innovación al otro lado de
la raia. ¿La clave? La estrecha colaboración que han tejido entre ellas,
los fuertes vínculos entre el sector público y privado y un mayor
esfuerzo de financiación por parte de las autoridades públicas.
Si hay que elegir entre Portugal o España para investigar y desarrollar proyectos, Bruselas apunta que el territorio luso es más «atractivo» por las sinergias y las facilidades que ofrece. Es un «innovador fuerte».
De
media, los resultados de innovación en la Unión Europea han mejorado un
8,9 % desde el 2012, pero apenas se ha movido desde el año pasado. De
nuevo Portugal, junto a Grecia, Lituania, Malta y Letonia son los que
mejores progresos han anotado.
La economía gallega pierde fuelle ante el ímpetu innovador del norte luso
Por su parte, Galicia acumula 10 años de pérdida progresiva de competitividad e innovación
El envejecimiento demográfico y la crisis industrial pasan
factura a la economía gallega, que todavía no ha conseguido cicatrizar
las heridas provocadas por la crisis y que ve cómo su tejido productivo
lo tiene cada vez más difícil frente a competidores directos, como el
norte de Portugal.
Galicia acumula diez años initerrumpidos de declive competitivo. Eso revelan los datos actualizados de la Comisión Europea.
Si nuestro nivel en el 2010 se situaba en el -0,39 (siendo 0 la media
de la UE), hoy el índice se desploma hasta el -0,53.
Regiones como
Asturias, que partía de una situación de desventaja (-0.48), han
remontado y hoy son más competitivas que Galicia, a pesar de los
problemas que atraviesan sus industrias.
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