La exitosa receta de Portugal
LISBOA.- Portugal ha vuelto a acertar, como ya lo hizo a la hora de elegir el
camino para combatir la crisis económica de 2008, logrando reducir el
déficit fiscal al tiempo que crecían salarios y pensiones de empleados y
jubilados gracias a una política de inversiones contraria a la de
recortes de la propugnada por la UE.
Ahora se ha convertido en un
ejemplo en la lucha europea contra la pandemia del coronavirus. Sus
números no dan lugar a dudas. Apenas 24.505 casos y sólo 973
fallecidos, con un envidiable porcentaje de 95 por cada uno de sus diez
millones de habitantes, más de treinta veces menos que España, con quien
comparte toda su frontera, cerca de 1.200 kilómetros.
Hay varios factores que lo explican. El Serviço Nacional de Saúd admite que
tuvo un poco más de margen que otros países de su entorno para
reaccionar porque el patógeno llegó a tierras lusas algo más tarde –el
primer caso se confirmó el 2 de marzo y para entonces, en España se
había reportado 150–, un margen que el Gobierno de António Costa supo
aprovechar para clausurar escuelas y universidades, y adoptar medidas de
confinamiento, algo que ha resultado vital para que el patógeno se
propagase de forma bastante más lenta.
Los gestores sanitarios miraron a su alrededor para aprender. «Nos dimos cuenta de lo que fallaba en España y tuvimos la suerte de tener un margen de maniobra»,
señala Alexandre Abrantes, uno de los expertos integrantes del gabinete
de crisis que inmediatamente determinó la necesidad de declarar el
estado de alerta, primero, y de emergencia, después, para suspender toda
actividad de ocio, el cierre de comercios no esenciales y el
confinamiento general de la población.
Los portugueses lo entendieron y
decidieron quedarse en casa incluso antes de que la reclusión fuera
obligatoria. Portugal obedeció y de esta manera se conjuró una tragedia
mayor.
«Impresiona no ver a absolutamente nadie en las calles. En ese país se ha entendido que sólo se puede vencer al coronavirus desde los hogares. En
los supermercados entra un número muy reducido de personas y no hay
ningún contacto en el interior. A veces hay que esperar entre una y dos
horas para acceder, pero las personas lo entienden», comentan desde la
Embajada española.
Bajo gasto sanitario
Portugal es, junto a Grecia, el miembro de la UE que menor porcentaje de gasto sanitario en relación al PIB, pero
cuenta con una ventaja a la hora de una rápida reacción, el sistema
está centralizado, además de ser totalmente gratuito y universal. Se
instalaron dispensadores de desinfectante a las puertas de los edificios
y grandes carteles con medidas de autoprotección posibilitaron que la
población estuviera informada.
Otro factor decisivo fue la unidad
política. Aunque el Ejecutivo está en manos socialistas y el presidente
de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, forma parte del principal
partido de la derecha, se logró actuar como si de un Gobierno de concertación se tratara «en tiempos de dificultad».
Mientras en España el debate es bronco, en tierras lusitanas el líder
de la oposición, Rui Rio, del Partido Socialdemócrata (PSD), intervino
en el Parlamento para recordar a Costa que «su suerte es nuestra
suerte». «Señor primer ministro, cuente con la colaboración del PSD. En
todo lo que podamos, ayudaremos», añadió.
Por toda esta
combinación, Portugal, con la curva bajo control, afronta con optimismo
el inicio de esa «nueva normalidad», como dijo este miércoles António
Costa. A falta de que se pulan detalles, se da por seguro que
las tiendas de barrio abran sus puertas el lunes –incluidas
peluquerías–, en tanto que los colegios lo harán a mitad de mayo, aunque
sólo para alumnos de Bachillerato.
Finalmente, el 1 de junio
volverán a funcionar las guarderías. De cualquier manera, el Ejecutivo
de Lisboa recuerda a sus ciudadanos que no habrá «normalidad» hasta que
exista una vacuna fiable, algo que no espera antes de que finalice este
año.
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