El santuario de Fátima participa junto al Papa para pedir a la Virgen por el fin de la pandemia y por los afectados
CIUDAD DEL VATICANO.- El papa Francisco presidió este sábado 30 de mayo el rezo del Rosario
desde la gruta de Nuestra Señora de Lourdes, que se encuentra en los
Jardines Vaticanos, para pedir a la Virgen por el fin de la pandemia de
coronavirus y rezar por los enfermos, los fallecidos y sus familiares,
así como por todos los profesionales y voluntarios que luchan contra la
enfermedad. El acto estuvo organizado por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
A la iniciativa se sumaron 50 santuarios marianos de todo el mundo
que se han conectado con el Santo Padre en la gruta de Nuestra Señora de
Lourdes por vía telemática.
Entre esos santuarios
marianos están el de Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de
Fátima, Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de la Concepción de
Aparecida, Nuestra Señora de Covadonga, en España; Nuestra Señora del
Remedio y de San Juan de los Lagos en México; de la Chiquinquirá, en
Colombia, de Luján y los Milagros, en Argentina y Maipú en Chile.
La
gruta de los Jardines Vaticanos es una réplica de la del Santuario de
Lourdes inaugurada en 1905 durante el Pontificado de Pío X.
El Pontífice llegó a la gruta a las 5:30 p.m. (hora local de Roma) y,
mientras sonaba el canto de inicio, cruzó la reja de la gruta y ofreció
un ramo de flores a la Virgen. Después se dirigió a su puesto y rezó la
primera parte de la oración mariana por él mismo escrita antes de
empezar el rezo del Rosario.
Consuela a quienes lloran la pérdida de los suyos, a veces sepultados de
un modo que hiere el alma. Sostiene a los que están angustiados por sus
familiares enfermos. Llena de fe a los que temen las consecuencias de
la #pandemia sobre su trabajo”.
“Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como un signo de
salvación y esperanza. A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos,
que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús, manteniendo
firme tu fe…”, comienza esta oración compuesta de forma especial por
Francisco para mayo.
En ella pide auxilio a María para ayudar a
la humanidad a superar la grave crisis sanitaria, económica y social
desatada por la pandemia de coronavirus.
El rezo del Rosario comenzó con la exposición de la intención: “Nos
ponemos bajo el manto materno de la Virgen María para confiar al Señor,
por medio de su intercesión, a la humanidad entera sometida duramente a
prueba durante este período de pandemia”.
Después comenzó la recitación de los Misterios Gloriosos del Rosario:
“la resurrección del Señor”, “la ascensión del Señor al cielo”, “la
venida del Espíritu Santo”, “la Asunción de la Virgen María al cielo”,
“la coronación de María como Reina del cielo y de la tierra”.
El rezo del Rosario lo dirigieron 14 personas diferentes: un
neumólogo del Hospital San Felipe Neri de Roma, una enfermera, un
voluntario de Protección Civil junto con su mujer y su hija,
superviviente del coronavirus, el capellán del Instituto Nacional de
Enfermedades Infecciosas Lazzaro Spallanzani, la Superiora General de
las Hijas de San Camilo (también superviviente del virus), una
farmacéutica, la hija de una víctima del virus, un periodista
vaticanista, un matrimonio que ha tenido un hijo durante la pandemia y
su hija mayor.
Tras recordar todos los Misterios Gloriosos del
Rosario, el Papa rezó la segunda parte de la oración mariana que
compuso para mayo antes de impartir la bendición final y concluir con
el cántico del Ave María de Fátima.
Francisco se dirigió en español a los santuarios de América Latina: “Me
dicen que hay muchos santuarios de América Latina y quisiera dar un
saludo en español: A todos ustedes, los santuarios de América Latina,
veo Guadalupe, y tantos otros que están comunicados en la oración. En mi
lengua materna los saludo y gracias por estar cerca de todos nosotros.
Que nuestra Madre de Guadalupe nos acompañe”.
A lo largo de la oración, retransmitida en directo por televisión, radio y redes sociales, se establecieron conexiones con cada uno de esos enclaves.
La oración conjunta contó además con profesionales y ciudadanos en primera línea de la lucha contra el coronavirus, como sanitarios, enfermos, familiares de fallecidos o voluntarios que pusieron voz a las plegarias desde la Santa Sede.
https://youtu.be/EexjQYvm-yU
A lo largo de la oración, retransmitida en directo por televisión, radio y redes sociales, se establecieron conexiones con cada uno de esos enclaves.
La oración conjunta contó además con profesionales y ciudadanos en primera línea de la lucha contra el coronavirus, como sanitarios, enfermos, familiares de fallecidos o voluntarios que pusieron voz a las plegarias desde la Santa Sede.
Oración a Maria
«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».
En
la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que
oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y
buscamos refugio bajo tu protección.
Oh
Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta
pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y
lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un
modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados
porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas
enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro
incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.
Madre
de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura
prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y
de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que
consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra
sus corazones a la esperanza.
Protege
a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los
voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y
arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico
esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.
Permanece
junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los
sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan
de ayudar y sostener a todos.
Virgen
Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que
encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.
Asiste
a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría,
diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario
para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo
alcance y con un espíritu de solidaridad.
Santa
María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero
utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos
sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de
futuras catástrofes similares.
Madre
amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una
única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a
todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda
de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la
firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la
oración.
Oh María, Consuelo de
los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos
libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida
pueda reanudar su curso normal con serenidad.
Nos
encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de
salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen
María! Amén.
https://youtu.be/EexjQYvm-yU
Comentarios
Publicar un comentario