Miranda do Douro reclama una apertura parcial de su frontera con España en la provincia de Zamora


MIRANDA DO DOURO.- Después de 70 días de "dolorosa separación" causada por el coronavirus, Miranda do Douro cree necesaria ya una apertura parcial de la frontera que separa desde marzo el pueblo portugués y la provincia de Zamora. Así lo confirmó al diario www.laopiniondezamora.es el presidente de la Cámara Municipal, Artur Nunes, que se ha puesto en contacto con el Gobierno de su país para que inicie los trámites necesarios con el Ejecutivo español. 

La idea que plantea la localidad lusa es que se establezcan dos franjas horarias en las que se habilite el tránsito comercial y de trabajadores transfronterizos por esta parte de La Raya.
En ese sentido, cabe destacar que el único paso abierto actualmente para conectar Portugal con la provincia se encuentra entre San Martín del Pedroso, en la comarca de Aliste, y Quintanilha, en la parte portuguesa. 
En esta zona, tanto la Policía Nacional como los agentes lusos controlan el flujo de vehículos y permiten el acceso a uno y otro lado a aquellas personas que tienen una justificación laboral o de otra índole para cambiar de país.
Por eso, el argumento principal que esgrime Nunes es que los trabajadores y comerciantes de Miranda do Douro se ven obligados a recorrer 66 kilómetros hasta Quintanilha para poder superar la frontera, y posteriormente han de continuar su camino durante casi otra hora para alcanzar la comarca de Sayago, en la que suelen establecer sus relaciones económicas.
"Hay bastante gente de aquí que trabaja en España, y también españoles que trabajan aquí", recordó el presidente de la Cámara Municipal, que planteó que la frontera en esta zona pueda permanecer abierta entre las ocho y las diez de la mañana, y desde las seis hasta las ocho de la tarde. 
Según Nunes, esta flexibilización sería suficiente para que "los pequeños comercios o las pequeñas industrias" pudieran mantener la relación habitual, y para que muchos trabajadores transfronterizos se ahorraran más de dos horas de viaje a diario.
Nunes entiende que la apertura de más pasos fronterizos es "complicada", ante la ausencia de recursos en los diferentes cuerpos policiales para controlar a los ciudadanos, pero recuerda que la situación excepcional se está prolongando hasta el punto de afectar muy seriamente a la economía de una zona que, en el periodo ordinario, convive prácticamente ajena a la circunstancia administrativa que la separa en dos países diferentes.
Esa relación natural también provoca que las autoridades carezcan de datos sobre el flujo de personas que se mueven a diario por esa parte de la frontera entre Miranda do Douro y Zamora: "Son cifras que ahora nos vendrían muy bien para poder ofrecer una estimación", reconoció Artur Nunes, que aspira a tener una respuesta de las autoridades nacionales lusas esta misma semana, a la espera de que España también se pronuncie.
Por lo pronto, fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Zamora admitieron que no hay una decisión tomada a ese respecto. Lo que sí confirmaron es que los empresarios de la zona se han puesto en contacto con Ángel Blanco para hacerle ver la necesidad de, al menos, flexibilizar el tránsito fronterizo. 
La relación económica entre ambos lados es vital para la supervivencia económica de según qué negocios que empiezan a verse en una situación límite.
En esas están, sin ir más lejos, los responsables de los restaurantes, los hoteles, las panaderías, los supermercados o incluso las tiendas de ropa, que viven pendientes de la evolución de la pandemia en ambos países para saber cuándo podrán contar de nuevo con la visita de muchos de sus clientes habituales. Mientras, el objetivo es resistir sin tener que cerrar.

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