Rapidez y unidad política, claves en el control de la pandemia en Portugal
PARÍS.- Europa mira a Portugal como un ejemplo de contención del virus en
plena pandemia. Sus datos no son los mejores del continente -países del Este han registrado menos contagios-, pero destacan frente a lo
reportado desde su entorno geopolítico. A punto de cumplir dos meses
desde la declaración del estado de alarma, Portugal está en pleno
desconfinamiento, pero sin dejar atrás estadísticas como las reportadas
por Francia, España, Italia o Reino Unido, constata https://www.france24.com.
Portugal es un país de
poco más de 10 millones y medio de habitantes situado en el sur del
continente europeo. Durante esta crisis ha registrado, hasta la fecha,
algo más de 28.500 contagios y 1.190 muertes. Este pequeño país comparte
el 100% de su frontera con España, de la que depende para conectarse
con el resto del continente por vía terrestre, pero tiene cinco veces
menos muertes por cada 100.000 habitantes que su vecino.
Las
razones del impacto menos fuerte registrado en este país ha generado
asombro, ya que la unión económica a España es muy intensa y el paso
fronterizo de vehículos entre ambos países es masivo y, hasta antes de
la pandemia, de libre circulación.
La clave de la atenuación del
golpe de la pandemia, para muchos, es su rápida actuación mientras el
brote se expandía por Europa. Portugal consiguió cerrar de forma
prematura las fronteras con España durante los primeros días, algo unido
al cierre de los escasos vuelos con Italia.
Para
situar su movimiento, Portugal decretó el cierre total del país con
apenas 100 positivos y sin que existiese ningún fallecido. Cifras con
las que ningún gobierno europeo actuó.
La población tampoco es una
excusa en su nivel de contagios respecto a su vecino. Regiones de
España como Madrid o Cataluña han registrado más de 71.000 y 57.000
casos respectivamente, contando con 6.500.000 y 7.500.000 habitantes
cada una. Es decir, menos población que Portugal.
Unidad política y concienciación ciudadana
Durante
todo el estado de alarma, a pesar del cierre de una parte significativa
de la economía portuguesa, no se decretó el confinamiento obligatorio
de la población. Se apeló por la responsabilidad cívica colectiva de los
portugueses, que ante lo vivido en España o Italia decidieron actuar y
quedarse en casa.
Es cierto, que las cifras de Portugal no son las
mejores del mundo, pero representan una estabilización respecto a su
entorno, donde la pandemia ha provocado que los sistemas sanitarios de
varios países colapsen.
Portugal además ha mostrado durante estas
semanas una anomalía política en la Europa actual: consenso político.
Portugal está gobernado por António Costa y su Partido Socialista, con
el apoyo externo del Bloque de Izquierdas y el Partido Comunista
Portugués, en algunas ocasiones.
Pero durante esta crisis, Costa ha contado con el apoyo total de toda
la oposición de derecha de la bancada del Parlamento en cada una de las
prórrogas del estado de alarma y la gestión ha sido hasta elogiada por
sus rivales políticos. Tan solo el Partido Comunista se ha opuesto a
parte de la nomenclatura del estado de alarma decretado.
Este
ejemplo político contrasta con el de una gran parte de los países
democráticos. En Alemania, España, Francia, Estados Unidos o Brasil la
controversia política ha sobrepasado, en muchas ocasiones, a lo propia
crisis sanitaria que se vive en estos países.
Portugal mira a la fase 2 del desconfinamiento intentando evitar rebrotes
Portugal
comenzó su desconfinamiento el 4 de mayo permitiendo que numerosos
comercios abriesen. Todos aquellos locales con menos de 200 metros
cuadrados obtuvieron el permiso de apertura. El próximo lunes, 18 de
mayo, se tiene previsto pasar a la fase 2 del desconfinamiento en todo
el país. Un salto que hará que locales de mayor superficie abran.
También
las personas de las residencias de mayores, donde se han registrado el
40 % de las muertes de Covid-19, volverán a tener visitas de sus
familiares, regresarán al colegio los alumnos de 11º y 12º (16 y 17
años) curso, y abrirán las guarderías.
El presidente del Gobierno
afirmó que el regreso de los alumnos al resto de cursos escolares "se
está estudiando", pero no se tiene previsto hasta el inicio de la fase 3
en todo el país.
Lo que ahora teme Portugal son los rebrotes de la enfermedad.
Durante
las últimas semanas se han registrados rebrotes víricos de Covid-19 que
han engrosado las cifras totales. En cuanto se presenta una relajación
excesiva en las medidas de seguridad en algunas zonas, surgen nuevos
casos.
El Gobierno quiere evitar esto a toda costa, por ello se
tienen previsto repartir más de 4 millones de mascarillas este lunes 18
de mayo, de forma totalmente gratuita, en los centros escolares que
abran.
A pesar de tener mejores resultados, la falta de equipos
médicos es algo que Portugal también ha sufrido. La dependencia de
importaciones a terceros países de estos productos ha hecho que durante
la peor fase de la pandemia también se tuviese, en muchas ocasiones, una
cantidad escasa de material.
La economía portuguesa se basa en el
turismo y, como otros países de la Unión Europea, tiene previsto sufrir
un duro golpe económico en los próximos meses.
El Gobierno de
Costa ha sido, junto a otros gobiernos progresistas del sur de Europa
como Italia o España, el principal impulsor y demandante de las ayudas
económicas que finalmente aceptó dar la Unión Europea a los países
miembros afectados por el virus.
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