El pequeño tren internacional que eludió el cierre de fronteras entre Portugal y España
BADAJOZ.- Un mensaje en la web de Comboios de Portugal (el
equivalente luso de Renfe) advierte: «Informamos de que a partir del 7
de junio, y hasta nuevo aviso, los trenes regionales 5500 y 5501 no
harán la ruta Elvas-Badajoz-Elvas. No se habilitarán
servicios alternativos». El aviso es en sí mismo una sorpresa que
sugiere varias preguntas. ¿A partir del 7 de junio? ¿Significa esto que
hasta esa fecha ese tren estuvo circulando? ¿Pero las fronteras no están
cerradas desde el pasado 18 de marzo y no reabrirán hasta el próximo 1
de julio? En todos los casos, la respuesta es sí, revela este miércoles el diario Hoy.
Ese ferrocarril
de un solo vagón estuvo circulando a diario durante semanas entre
Portugal y España cuando el paso de un país a otro estaba ya controlado
por las policías de ambos lados de La Raya, aunque no está del todo
claro si lo que hizo constituyó o no una ilegalidad. Al igual que antes
del confinamiento, el tren salía de Entroncamento –un nudo de comunicaciones estratégico en la parte central del mapa portugués– y 16 paradas después, llegaba a Badajoz. Hasta el pasado día 7. Desde esa fecha, el pequeño automotor diésel se da la vuelta en Elvas.
El
caso del tren que eludió el confinamiento lo desveló el pasado domingo
el diario portugués Público, que hacía una cronología de los hechos con
inicio en el 18 de marzo. Ese día, el Gobierno luso decretó el cierre de
fronteras, como medida de seguridad para reducir el riesgo de que
entrara en el país el coronavirus que ya causaba miles de muertos en
Italia y España.
El 5 de mayo, Portugal levantó el estado de alarma, lo
que facilitó la recuperación de la mayor parte del tráfico ferroviario
en el interior del país.
No del que lleva y trae pasajeros más allá de sus límites, que continúa suspendido. Desde el 18 de marzo no circulan ni el Lusitania (Lisboa-Madrid) ni el Sud Expresso (Lisboa-Hendaya) ni el Celta
(Oporto-Vigo).
Por contra, el 5 de mayo regresó a las vías el servicio
entre Entroncamento y Badajoz, porque esta ruta de la 'Linha do Leste'
tiene carácter regional, no internacional, explica Público, que precisa
estuvo llegando a la ciudad extremeña hasta el pasado día 7.
La intervención policial
El diario portugués explica también, citando fuentes de Comboios
de Portugal, que el detonante para interrumpir el servicio fue que la
Guardia Civil obligó a todos los que iban en el tren a quedarse en él
las tres horas que la máquina permanece detenida en la estación de
Badajoz hasta que llega la hora iniciar el viaje de regreso. Eso generó
la queja del sindicato de revisores y maquinistas, por no poder apearse
ni siquiera para comer.
Del lado español, sin embargo, la versión
es muy diferente. No fue la Guardia Civil la que actuó, según confirma
la propia Benemérita, sino la Policía Nacional, que explica que tenían
perfectamente controlado a ese tren desde el primer día del cierre de
fronteras.
Tanto es así que patrullas de la brigada de Extranjería y
Fronteras, y también las de Seguridad Ciudadana, acudían a diario a las
14.16 hora española a la estación de tren de Badajoz para ver si quienes
bajaban de ese tren –siempre poca gente y algunos días nadie– estaban
autorizados para hacerlo.
Es decir, se hacía ahí el mismo trabajo de vigilancia que en la
frontera ordinaria, consistente en dejar cambiar de país solo a quienes
tuvieran un motivo justificado y pudieran demostrarlo.
Si en el
ferrocarril había viajeros que pretendían entrar en España sin el
permiso exigido, no se les permitía, al igual que se hacía y aún hoy se
sigue haciendo en los puestos fronterizos de carretera.
Además, la
Policía Nacional rechaza con rotundidad la versión que asegura que sus
agentes obligaron a los trabajadores de Comboios de Portugal a quedarse
en la máquina.
Adif, por su parte, en su
condición de titular de la infraestructura utilizada por la máquina
portuguesa, explica que ese tren pudo circular acogiéndose a las
directrices que la Unión Europea dictó al inicio del confinamiento.
Estas conminaban a los estados miembros a «permitir y facilitar el cruce
de trabajadores fronterizos, en particular pero no solo aquellos que
trabajan en el sector de la salud y la alimentación, y otros que son
esenciales (por ejemplo, el cuidado de niños o ancianos o el personal
crítico para el buen funcionamiento de servicios públicos)».
El diario Hoy pidió el pasado lunes por escrito dos veces a Comboios de Portugal que
ofreciera su versión, pero la solicitud no ha sido atendida.
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