Costa se aparta de la extrema izquierda para alejar a Portugal de la crisis
LISBOA.- A finales de febrero, el primer ministro, el socialista António Costa, quien ejerce su segundo mandato en minoría, pasaba por momentos difíciles en el Parlamento de Lisboa, con las relaciones casi rotas con sus socios a la izquierda del Bloco de Esquerda, de Catarina Martins, y del Partido Comunista, de Jerónimo de Sousa, la denominada geringonça, con la que consiguió gobernar entre el 2015 y el 2019.
Lo mismo le ocurría con el principal grupo de la
oposición, el PSD del centrista Rui Rio, que tras su contundente
victoria en las primarias de su partido, tras callar a sus críticos,
prometía un duro combate parlamentario contra Costa. «Todo cambió
radicalmente al detectarse el primer caso de coronavirus en Portugal», apunta a La Voz de Galicia, Pedro Benemides, jefe de Política del periódico digital Observador.
«Desde ese momento Rio, que es un patriota, abandonó la batalla política con Costa para tenderle la mano en el combate a la pandemia
e iniciar una alianza hacia el centro», explica el periodista, quien
conoce muy bien a ambos, ya que durante más de una década fue periodista
parlamentario.
Cinco meses después continúa el «matrimonio de
conveniencia», como lo denomina Benemides, entre el jefe del Gobierno y
el líder de la oposición. A pesar de que los datos en el combate contra
el coronavirus han empeorado considerablemente en el área metropolitana
de Lisboa, con rebrotes en 19 parroquias de cinco ayuntamientos, que
continúan en el llamado estado de calamidad pública -menos restrictivo
que el de alarma- y con un confinamiento no obligatorio. Esta alianza ha llenado de titulares la prensa lusa, que habla continuamente de un nuevo bloque central, haciendo saltar las alarmas en el Bloco de Esquerda y en el Partido Comunista.
De los 230 diputados que configuran la Asamblea
de la República, 108 son del PS de Costa y 79 del PSD de Rio, y entre
los dos aúnan una amplia mayoría parlamentaria que no necesita al resto
de las formaciones. «Los partidos a la izquierda de los socialistas
están perdidos porque de repente han perdido su peso político a favor
del centroderecha de Rui Rio», señala el editor de Observador.
Así se ha podido comprobar en las recientes votaciones de los
presupuestos rectificativos y medidas de combate contra la pandemia,
aprobados, sin problema, con los votos de socialistas y
socialdemócratas».
Varios
analistas lusos insisten en las ventajas de un bloque central duradero
versión 2020 entre Costa y Rio, lo que para Pedro Benemides no está tan
claro. «Ambos tienen olfato político, se conocen desde hace años, cuando
eran alcaldes de Lisboa y Oporto,
respectivamente, se necesitan y saben que la alianza durará lo que a
los dos les convenga, probablemente hasta las municipales del próximo
año», afirma.
En la democracia reciente lusa solo ha habido una coalición, un bloque central, entre el PS y el PSD. «Nos tenemos que remontar hasta 1983
cuando el fundador del partido socialista portugués, Mario Soares,
presidía el Gobierno de Lisboa y el viceprimer ministro era Mota Pinto,
del PSD», recuerda Benemides. La alianza duró apenas dos años, se rompió
en noviembre de 1985, y desde entonces cuando en Portugal un político
no tiene la mayoría suficiente para gobernar se habla de un posible
bloque central.
Costa negó categóricamente hace unos días, en el
congreso nacional de los socialistas lusos, cualquier pacto con el
centroderecha. «No hay ni habrá ningún pacto con el PSD»,
dijo tajante. Rio parece no temer el gran crecimiento que le dan las
encuestas a la derecha radical de Chega, situándolo casi en el 6 % de
las intenciones de voto. Su líder, André Ventura, fue militante del PSD.
Chega
consiguió, en las legislativas del 2019, un 1,35 % de los votos y
eligió a Ventura como diputado. «Los grandes perjudicados con el
crecimiento de Chega están siendo los conservadores del CDS-PP, de
Francisco Rodrigues dos Santos, quien está en peligro de extinción tras
elegir un discurso más populista y alejarse del centroderecha al que
siempre ha pertenecido el partido», avanza el periodista.
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