Francia, Italia y Portugal salvan la catastrófica campaña de castañas castellanas de alta calidad


 ZAMORA.- La comarca de Aliste, una de las zonas más productoras de castañas de alta calidad de España, ha cerrado la campaña de recogida y comercialización del año 2020, la peor que se recuerda en mucho tiempo.

La escasez de compradores mayoristas, que en algunos pueblos ni han aparecido, llevó a muchos castañicultores a dejar parte de la cosecha bajo los árboles como alimento para la fauna salvaje: jabalíes, corzos y ciervos, según publica hoy La Opinión.

La campaña a nivel productivo “ha sido regular con cantidad y calidad”, el castaño produce mucho y la castaña es pesada con lo cual hay familias en la zona de Tola, Alcorcillo, Alcañices, Sejas y Trabazos que recogen entre 6 y 10 toneladas, por lo que los bajos precios han supuesto en algunos casos pérdidas “de entre 4.000 y 10.000 euros”, lo que para un castañicultor puede suponer el 50% de los ingresos anuales. 

“Si se hubieran pagado a un precio justo nos habrían salvado el año, así para ir tirando, mucho trabajo y lo comido por lo servido”, declara una familia productora de la zona.

La mayor parte de las castañas alistanas, en torno a 100 toneladas, “se pudieron malvender” a intermediarios que las llevaban a Portugal. Desde el país vecino las castañas frescas alistanas, así lo señala un industrial del sector en Portugal, se vendieron principalmente en dos países de la Unión Europea, Francia e Italia, incluso muchas volvieron al sur de España, a ciudades como Málaga.

La castañas alistanas son cada año las preferidas tanto en España, como en Portugal, Francia, Italia y Suiza dada su calidad y prestarse tanto para su consumo en fresco, asadas o para elaborar harina casera para la gastronomía y repostería. El cierre de restaurantes y de puestos callejeros en ciudades como Vitoria, Madrid, Oporto, Lisboa, Barcelona, Bilbao y Pamplona han cerrado las puertas al consumo de miles de kilos de castañas. 

En algunas de estas ciudades es típico de las noches de invierno degustar las castañas asadas en los puestos callejeros a las salida de los grandes cines. Castañas alistanas pues se enviaban directamente desde la comarca a estas urbes. En 2020 los pedidos se redujeron un 80% y en algunos casos se suprimieron por miedo a luego no poder vender: “Los puestos de castañas asadas están en manos de personas autónomas y comprendemos el riesgo y su decisión”, reconocen los productores alistanos.

Algunos castañicultores lograron salvar parte del producto llevando ellos mismos las castañas desde Aliste a Mercamadrid e incluso a Bilbao, caso de Manuel Morán de Alcañices. A última hora otros pudieron sacar el producto gracias a la planta de Río Frío, aldea portuguesa próxima a Quintanilha, puesta en marcha por un alistano de Sejas. 

La comarca de Aliste, una de las zonas más productoras de castañas de alta calidad de España, ha cerrado la campaña de recogida y comercialización del año 2020, la peor que se recuerda en mucho tiempo.

La escasez de compradores mayoristas, que en algunos pueblos ni han aparecido, llevó a muchos castañicultores a dejar parte de la cosecha bajo los árboles como alimento para la fauna salvaje: jabalíes, corzos y ciervos.

En 2018 se vivió una campaña muy estabilizada con precios de hasta 2,30 euros por kilo de castañas en origen. En 2019 los precios se situaron en torno a 1,50 euros kilo (compradores de Sanabria), 1,70 (de la Maragatería, de León) y 1,90 (de Portugal).

En 2020 solo unos pocos afortunados pudieron vender a 1,70 euros el kilo. La media estuvo entre 1,30 las más grandes y un euro las pequeñas, bajando al final 1,10 y a 60 céntimos respectivamente. Todos reconocen que a causa de la pandemia “no hubo mercado y no nos quedo más remedio que malvender las castañas”.

La incertidumbre se ha apoderado de los castañicultores que ya de por si bastante preocupación y trabajo tienen a lo largo de los 365 días del año en su lucha contra el chancro, la tinta y la avispilla, temidas enfermedades y plagas que se ceban con los sotos de castaños causando la muerte cada año a muchos de ellos.

Entre los productores hay unanimidad en que la única solución pasa por crear una cooperativa que permita gestionar la venta negociando los precios con las grandes empresas del sector ubicadas en Braganza e incluso en España con Mercamadrid o Mercabarna para evitar que cada año la campaña se convierta en una lotería y un sin vivir.

La Mesa del Castaño en la Provincia de Zamora ha nacido como consecuencia directa de que “la relevancia económica, social y cultural del castaño en el entorno transfronterizo de Zamora y Portugal se encuentra amenazada por la incidencia de la plaga de la avispilla del castaño y las enfermedades del chancro y la tinta que han protagonizado un importante desastre ecológico haciendo que peligre la especie”. 

Ha quedado finalmente compuesta por Francisco José Requejo (presidente de la Diputación) como presidente, Clara San Damián (Delegada de la Junta de Castilla y León) en la vicepresidencia y Berta Martín González (técnica forestal de la Diputación) en la Secretaría. Entre las vocalías están los verdaderos representantes del sector: Volusiano Bermúdez Fernández (Presidente de la Asociación “Amigos del Castaño y del Medio Natural” de Alise), Pedro Juárez Rodríguez (viveristas de plantas de castaño), Ramón López Baz (castañicultores profesionales), Rubén Rodríguez Rodríguez (empresas de transformación y comercialización), Amelia Ramos Monreal (presidenta de Asfoza), Javier Faúndez Domínguez (ayuntamientos propietarios de castañares), Pedro Mesonero Pérez (oficina del castaño de Alcañices), Angel Sánchez Hidalgo (diputado de Agricultura), Carlos Diez Valle (yécnico de la Diputación) y Manuel Moreno López (Jefe del Servicio Territorial de Agricultura de la Junta de Castilla y León).

No es la primera vez que surgen iniciativas de este tipo que luego se han quedado en papel mojado, por lo cual el sector ahora desea que la Mesa del Castaño cumpla con su principal objetivo: “Dar cabida a la opinión de los distintos agentes implicados en el sector de la castañicultura a efectos de profesionalización del sector en le técnica del cultivo, control de plagas y enfermedades como la tinta, el chancro y la avispilla, difusión, investigación, formación y comercialización”.

Entre los castañicultores alistanos ha cundido el desánimo: “Hay que buscar soluciones viables y urgentes, esto con buenas intenciones no se arregla. Ahora mismo el principal problema es la comercialización, si producimos y no vendemos poco a poco irán quedando abandonados los castañares y entonces ya no habrá quien frente al chancro, avispilla y tinta”. 

Los expertos aseveran que “la especie Castanea sativa, que forma parte de la riqueza botánica europea y se mezcla en el entorno transfronterizo con otras especies emblemáticas del lugar, ponen en peligro el resto del hábitat, debido a la propagación sin control de las enfermedades que la afectan”.

Por otra parte Correos ha ampliado hasta mañana 30 de noviembre su campaña especial de otoño para el envío de castañas alistanas y sanabresas a cualquier punto de España mediante paquetería y con unos precios especiales, desde las oficinas de Alcañices y Puebla. 

Este año incluso los propios carteros rurales han ido recogiendo los paquetes con el producto por los pueblos. Al tratarse de productos alimentarios perecederos el servicio está pensado para que su entrega sea los más efectiva y con urgencia: en dos o tres días.

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