La enfermedad, el desempleo y el divorcio aumentan la pobreza en Portugal


LISBOA/PONTA DELGADA.- El desempleo, la enfermedad y el divorcio son factores que contribuyen a la pobreza o la evitan, según el estudio "Pobreza en Portugal - Trayectorias y estilos de vida".

El documento publicado hoy, promovido por la Fundación Francisco Manuel dos Santos, llama a estos tres procesos de producción, reproducción o intensificación de esta situación "las tres D de la pobreza".

"Si observamos los factores que llevan a las personas a la pobreza, son los mismos que les impiden salir", dijo el coordinador del estudio, Fernando Diogo, profesor de Sociología de la Universidad de las Azores.

El académico destacó que estas tres razones individuales que "afectan fuertemente a la vida" de las personas "y limitan sus decisiones" deben entenderse también "a nivel contextual".

Fernando Diogo destacó la articulación con la organización del mercado laboral, "donde se incluyen cuestiones de precariedad, informalidad, bajos salarios y la zona intermedia entre el empleo y el desempleo"; de las ayudas estatales, como los casos de ayudas por enfermedad y desempleo, y de cuestiones más coyunturales, como los periodos de crisis.

"Por supuesto, siempre hay casos que se salen de lo establecido, pero la inmensa mayoría de los casos se explican por la combinación de estos factores, en geometría variable y respetando la singularidad de cada perfil y cada trayectoria individual", subrayó.

El investigador destacó que "se han identificado cuatro perfiles de pobreza en Portugal": los jubilados (27,5%), los precarios (26,6%), los parados (13%) y los trabajadores (32,9%)".

El equipo que desarrolló el estudio, destacó el autor, se sorprendió "por el peso de la enfermedad", mencionada por muchos de los 91 entrevistados, "para ayudar a explicar su situación de pobreza a lo largo de su trayectoria", especialmente entre los jubilados, pero también entre los desempleados.

Fernando Diogo hizo hincapié en referirse a las enfermedades crónicas o discapacitantes, como la invalidez.

"Los relatos van encaminados a mostrar cómo la incidencia de la enfermedad ha afectado a sus vidas a lo largo de su vida. La enfermedad ayuda a explicar por qué están en la difícil situación en la que se encuentran", dijo el coordinador, que se refiere sobre todo al perfil de los jubilados, pero también a los desempleados, especialmente los de larga duración.

Además de la enfermedad, propia o de familiares, se menciona la muerte de miembros del hogar como un factor que dificultó la trayectoria de los entrevistados en el ámbito del estudio o que precipitó su entrada en un contexto de pobreza.

El investigador destacó que la enfermedad o la muerte no son un problema individual, sino que repercuten en el círculo familiar, al igual que el desempleo.

También el divorcio, o la separación de las parejas, según el estudio, "en situaciones ya de por sí muy frágiles, lleva fácilmente a los individuos a la pobreza, teniendo en cuenta la reducción de ingresos provocada por la separación y sus efectos en cascada, incluso sobre la actividad laboral".

"Estos elementos están presentes en la trayectoria vital de los entrevistados, agravando situaciones ya difíciles o condicionando fuertemente la vida de los individuos, reduciendo su margen de maniobra y haciendo más remotas sus posibilidades de salir de la pobreza", destaca el estudio presentado hoy.

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